En condiciones normales, de reposo, la respiración se produce de 12 a 14 veces por minuto. La respiración funciona por sí misma, sin darnos cuenta, excepto cuando de forma consciente la controlamos. Si se desea, podemos dejar de respirar voluntariamente, pero al cabo de un tiempo el sistema nervioso autónomo toma de nuevo el control de la inspiración y espiración, de lo que llamamos la respiración.
La razón por la que respiramos es porque las células del cuerpo necesitan oxígeno (O2) para convertir, en el interior de la mitocondria, la glucosa, las grasas y las proteínas en ATP. En este proceso se libera dióxido de carbono (CO2) como producto de desecho, que tiene que ser finalmente eliminado.
Al respirar, introducimos O2 en los pulmones, que luego se difunde en la sangre, y eliminamos CO2 de los pulmones, proveniente de la sangre. En la respiración, además, se regula el balance ácido-base del cuerpo.