2.3.2.1 El bicarbonato (HCO3) Listen


Aproximadamente el 70% del CO2 en la sangre se transporta en forma de bicarbonato (HCO3), que se forma cuando el CO2 reacciona químicamente con agua (H2O) para formar ácido carbónico (H2CO3). El H2CO3 se disocia a HCO3– y un protón (H+) (Fig. 13, fórmula).

Las flechas apuntando en ambas direcciones indican que esta reacción es reversible. La reacción en los tejidos del cuerpo donde se produce CO2 corresponde a la ecuación en sentido directo (de izquierda a derecha). Cuando la sangre llega a los alvéolos, la ecuación va en sentido inverso, y el CO2 se difunde fuera de la sangre. Cuando eso sucede, el HCO3  y el H+ se consumen para producir CO2 y agua. El CO2 se libera en los pulmones.

Esta reacción química tiene lugar tanto en el plasma sanguíneo como dentro de los eritrocitos de la sangre, donde se produce mil veces más rápido porque contienen una enzima, la anhidrasa carbónica, que cataliza la síntesis de ácido carbónico (H2CO3) a partir de CO2 y H2O, y viceversa.

Por definición, un ácido es aquella sustancia que produce H+. Como podemos ver en la Figura 13, el H2CO3 se descompone en HCO3– y H+. Es importante señalar que el H+ es parte de esta reacción, y por lo tanto hay una relación entre el CO2 y el pH de la sangre. Si el nivel de CO2 en la sangre aumenta, la cantidad de H2CO3 también aumenta, y lo mismo ocurre con la de H+. Es la concentración de H+ la que determina el pH. Así, cuanto más CO2, más H2CO3, más H+, y por lo tanto, menor pH. Una consecuencia lógica de esto es que la respiración ayuda a regular el pH de la sangre. Al eliminar CO2 se consumen H+, de acuerdo con la reacción química (Fig. 13). Así, el ácido desaparece de la sangre y el pH aumenta